31.8.07

Si no puedes vencerlos...

Dado la afluencia de correos, y habiendo hecho el pedido de discreción oportuno, no tengo más remedio que:

..o anular mi cuenta de correo...

..o pedirles que hagan sugerencias explícitas y más acordes con mi físico.

No puedo, bajo ningún concepto adoptar la indumentaria como la que me envían anónimamente, saturando la capacidad -amplia por cierto- de mi casilla de correos.

No quiero nombres! No busco responsables!
Pero sean coherentes, hostia!




En amarillo pastel habrá?

28.8.07

Minoría Siniestra *

Dicen los que saben que entre los 5 y 6 años se manifiesta –y concreta- la lateralización simétrica del cerebro.
De chico, durante la primaria, mi madre acudió a mis maestras para pedir consejo al respecto. En ese entonces no era tan común ,como en algunos años más tarde, que un párvulo tenga la distintiva característica de usar la mano izquierda. Ellas le dijeron que no impidiera que el crío haga las cosas “de otra manera”.
Mi madre no se fue muy convencida pero les hizo caso.
La cuestión era que el mundo había sido fabricado para el lado derecho de su pantalla, señora.
Por ello, me tuve que acostumbrar a que las tareas las tenía que hacer, algunas, de manera un poco atravesada. O adaptarme.
Y elegí las dos opciones : si bien no tengo mucha memoria, estimo que me increparon para agarrar el tenedor –y comer toooda la comida existente en el plato- de manera más “normal”. Como eso no me complicaba la vida, y para terminar con protestas que yo no comprendía, empecé a tomar algunos elementos de la manera que –complacientemente- correspondía. Pero la tendencia corporal continuó manifestándose para el lado siniestro.
Aunque, insisto, el mundo fue creado de manera autoritariamente diestra.

En algunos países se denomina de manera despectiva al lado -poco santo- izquierdo.
Dios – el de la iglesia católica- sostiene las tablas de la ley sobre su mano derecha, igualmente Junior no quiso levantar polvareda al respecto y se sentó a su diestra en todo cuadro renacentista.
Pitágoras aconsejaba a sus seguidores ingresar en templos y lugares sagrados “por el lado derecho que es divino, y salir por el izquierdo, que representa lo enviciado (obsceno, corrupto, inmoral, licencioso, disoluto, contaminado).
En inglés, cack-handed modernizada con el leftie –o lefty- señala además aquello que sobra, que está de más, y puede ser descartado (o defecado).
En los desiertos beduinos, si alguna vez tienen el beneplácito de ser invitados a comer en esas tiendas tan arabescas, sentados sobre almohadones, les sugiero que no intenten tomar la comida con la mano “sucia”, mas cercana a las excrecencias del cuerpo, y lo hagan con la derecha, más próxima (¿?) a la pureza del corazón.
El universo mismo atenta contra nosotros, que aún seguimos siendo minoría. Los planetas y los electrones giran hacia la derecha. Incluso los relojes.
Un especialista –James de Kay- sostuvo que “los zurdos tienen la enervante costumbre de pensar elípticamente, mientras que los diestros lo hacen en línea recta. El concepto de acción de un zurdo para, por ej, viajar de A hasta B, pasará antes por Z. Ellos piensan de manera tortuosa y sin lógica alguna”.
Si bien es una generalización objetable, lo cierto es que fue tenida mucho tiempo –siglos- en cuenta para justificar la existencia de dementes. Y de artistas (da Vinci incluido).
Alguna encuesta, de esas que nunca faltan, ha sacado a la luz que los zurdos suelen –solemos- ser mejores y más imaginativos amantes (recordar eso de ir de A hasta B pasando antes por Z...) que los diestros.
Hace un par de meses, brotó la noticia de la Universidad de Oxford: aparentemente un gen sería el responsable de controlar la mayor o menor habilidad de una zona del cuerpo, siendo el primer gen que se puede asociar al uso distintivo de una o otra mano. Curiosamente el mismo estudio señala que los portadores de este gen tienen la propensión de desarrollar alguna que otra psicopatía.

Pero volviendo a mi niñez, con el tiempo pude esquivar la dictadura de tijeras, cuadernos, medios de transporte, picaportes, agendas, incluso palancas de cambio (de mi cochecito a pedal). Mi mano derecha (sin olvidar el pie, claro) tuvieron la deferencia de socorrer, no ante la falta de capacidad sino por puro dictamen del “derechismo” imperante, a la mano izquierda. Que así y todo, sigue teniendo la voz mandante en cualquier acción propuesta.
Algunos zurdos que he conocido, convertidos hacia la derecha durante su niñez, curiosamente presentaban una particular falta de orientación. Basta con hacerlos caminar 6 cuadras de manera irregular, para que no sepan hacia donde queda el lugar donde iniciaron la caminata.
Actualmente, toda una corriente permisiva dirigida a la orientación de padres respecto a la crianza de sus vástagos, ha dado origen a una mayor afluencia de zurdos.
Esto significa que llegará el día en que los planetas giren para el otro lado?
O que el diablo, zurdito por naturaleza y definición, se regocijará por la proliferación de más perfeccionados e ingeniosos amantes siniestros?

* sinister, izquierdo en latín.

19.8.07

Estados alterados

Había sido un viaje largo. Primero debimos hacer trasbordo en Santiago –Chile- esperando unas tres horas por la salida del otro vuelo. El aeropuerto chileno muy vidriado, muy panorámico, pero esa noche estaba helado. Tres horas no justificaban ir hasta la capital, ni tiempo habría de sentarse a cenar en un restaurant.
El otro vuelo salió a horario. Amanecimos sobre la costa peruana –imposible ver los dibujos de Nazca, por más que pegué mi nariz a la ventanilla durante media hora- y luego de unas cuatro horas, llegamos a Panamá. Simplemente otra escala, pero que siempre se demoran mínimo media hora.
La siguiente sería Costa Rica, otra media hora.
Resultado: llegamos a tierras guatemaltecas al anochecer, por esos incomprensibles cambios de horario.
Llegar a un lugar desconocido –por suerte hablan español.. o algo parecido- genera toda una ansiedad propia de un adelantado.
Una combi nos llevó hasta Antigua, charlando en el trayecto con el chofer, un guía de turismo más que servicial. Él nos recomendó y llevó hasta la posada. Esa noche cenamos en un pollo frito de los tantos pollos fritos que abundan por toda centroamérica: el pollo campero.
Las calles, las iglesias, los edificios –que no existen- de Antigua tienen la particularidad de parecerse a adornos de tortas. A la vista parecen hechas de azúcar y mazapán.
Guatemala tiene varios volcanes, y algunos demasiado cerca de las ciudades.
Antigua tenía el suyo, que cada tanto hacía un bostezo de humo negro, al que había que mirar cada mañana para ver si tenía la cumbre cubierta por nubes. Eso anunciaba la posibilidad de lluvia, o de día despejado.
A la mañana lo miramos, más por curiosidad que para interpretar sus designios. A la tarde, después de recorrer la ciudad, almorzar en un minúsculo lugar acompañado por tucanes, cacatúas y bananas fritas, fuimos a buscar una agencia para hacer el viaje hasta Tikal.
Ya llevábamos dos días y medio de haber salido de Bs As.
Mi pareja en ese momento, tenía un problema.
Siempre le sucedía al viajar. Tanto a 50 km de la capital o, como ahora, a ocho mil.
Creo que a muchas personas les sucede, bah, todos tenemos descalibraciones cuando hacemos un viaje. Que el sueño cambiado, que las comidas, que el agua...Yo particularmente el agua de algunos lugares no podía tomarla. Y tampoco las gaseosas, ya que tenían... agua del lugar! Así que, en otro viaje, cuando Cuzco me recibió con su olor particular, yo andaba con botellas de villavicencio importadas.
Sí, un problema.
Nunca me pasó en Brasil, bah, en Brasil nunca me pasó nada que no fuera total, absoluta y gratamente asimilable. Todo ahí es para quedar con la cabeza abierta como una sandía.
Pero volviendo...ella tenía un problema.
Ambos sabíamos que sucedería, y también sabíamos que no sucedería aún , sino que faltaban algunos días más para que fuera un problema importante.
Recorríamos farmacias del lugar y lo tomábamos con calma, y hablo en plural porque cuando he viajado con una pareja, nada de lo que le sucediera me era ajeno. Sus problemas eran mis problemas. No me puedo desentender de un acontecer que le pudiera opacar el viaje, y además no estoy viajando solo. Si ambos nos elegimos, ya en una porción de nosotros dejamos de ser uno, no para ser dos, sino para ser uno y el acontecer del otro.
El viaje a Tikal lo postergamos un par de días, pero ya teníamos todo reservado. Tampoco hacíamos excursiones muy largas, sólo de algunas horas. No era cuestión que sucediera en un momento y un lugar inoportuno. Los lugares de ahí, todos, eran demasiado precarios.
Lo único confiable era siempre el cuarto del hotel. Y el baño.
Al amanecer del quinto día, salimos a buscar esa casa de tortas caseras cerca de la plaza principal. El aroma del lugar, mezcla de pastelería recién horneada más café molido ahí al toque, daban para estirar la mañana.
Cuando caminábamos sacando fotos de las iglesias, en otro tiempo destruidas por terremotos, hubo un aviso. Me lo dijo y nos miramos un par de segundos.
Falsa alarma. Seguimos.
Caminando por callecitas de medidas apenas generosas para el paso de carros tirados por burros, hubo una segunda...
Mejor vamos para la zona de nuestra posada.
Mirando y sacando fotos el tercero fue más certero.
Ya!! Me dijo. Medí la distancia hasta nuestro hospedaje, demasiadas cuadras. Taxis? Ni ahí. No tenemos otra, vamos caminando.
No fue caminando, ella arrastraba los pies conteniendo con fuerza mientras crispaba sus gestos. Habrán sido unas doce cuadras, pequeñas pero doce. Eternas.
La última cuadra ya era casi dolorosa. Pedí la llave del cuarto, ella me la arrancó de la mano mientras su mirada me amenazaba: ni pienses acompañarme.
Me quedé en la puerta, mirando la calle ya caliente de sol. Fumé uno, dos cigarrillos.
A los 20 minutos, ella volvía con una leve sonrisa.

Sí, a veces nos descalibramos en los viajes. Que el sueño cambiado, que las comidas, que el agua... A ella le daba por estar estreñida.




15.8.07

Histeria estacional

...que me saco el saco, que me pongo el pongo.
Si la primavera se va a poner a histeriquear desde ahora, que no arrugue y se vaya al maso en septiembre, eh!
Mínimo que se ponga ropa interior delicada y de colores pastel.
Sino, sigo de largo hasta diciembre...

14.8.07

Ficción


Yo no recomiendo pelis.
No conozco trayectoria de directores, ni escuelas.
Prefiero el cine europeo, o a veces asiático.
Voy a verlas por instinto. Claro, algunas veces me equivoco, pero no investigo mucho.

Así que yo no estoy recomendando nada, queda claro?
Pero...
Esta es una historia perfecta, eso salí pensando del cine. Tanto, que ni siquiera tuvieron que recurrir a una ínfima escena de sexo para levantarla. Y eso es orgullo y no del falso.
La historia? Simple, casi como que se podría haber escrito viajando en colectivo.

A veces, hacemos lo que podemos con nosotros, no lo que debemos. Y eso, también a veces, está lejos de dejarnos un final dulce o amargo.
Y el instinto, nuevamente, me entibió un domingo.
Ficción. de Cesc Gay

10.8.07

Living la vida loca.


Todavía, aún este domingo, va a ser invadida la ciudad por esos hongos vestidos de colores!!??
Sí, ok, el general dijo que los únicos privilegiados eran ellos, pero no se les está yendo la mano?
No comprenden que, con estos días tórridos, sacarlos a cines, teatros, a cuando antro de comida estropeante de sus delicados intestinos, es perjudicial?
Después los tienen encanutados bajo tres frazadas durante dos días, sin ir al colegio, con 38 de temperatura. Encima de tener que lidiar con llegar tarde al trabajo porque no les pudieron dejar las suficientes cantidades de chocolates y caramelos para que se mantengan tranquilos en cama.

Quiero volver a tener en cartelera películas dramáticas, enroscadas, complicadas de digerir!
Quiero poder salir del cine y sumergirme en un barcito de Corrientes, que no tenga gritos ni corridas de esos liliputienses, para estrujarme las tripas con la mirada que me dejó en la pantalla, esa mujer de ojos fríos.

Quiero que mis tardes de domingo vuelvan a estar al borde de la agonía.
Si puedo desconectarme de las hordas futboleras, de los matrimonios mayorcitos que van a almorzar agnelotis, de parejas que duermen todo el día abrazados, aún sin saber el nombre de quien se trajeron la noche anterior de esa fiesta rave, porqué insisten en darles vía libre a esos proyectos de ciudadanos??

Si va a estar bueno Buenos Aires, porque no venden paquetes turísticos de 7 días a Gonnet? Esa ciudad es para ellos.
Ya, cuando sean adolescentes, van a lamentar no tenerlos tanto tiempo en casa, aprovéchenlos ahora!

Sres padres: cuiden a sus hijitos y manténgalos en sus hogares. Háganle caso a la naturaleza: el invierno es una época para recuperar energías, para luego desabrocharla descarada, a grito pelado, con conjuntivitis de las piletas, embadurnada de repelente y factor 20 durante la primavera-verano.

Devuélvanme mis domingos.

7.8.07

Sean lectores discretos, che!

Lo estuve pensando un rato.
Hubiese querido mantenerlo sin hacer comentarios.
Por un tema de discreción, o de no hacer más ruido por un asuntito que quedó como parte de un anecdotario.

pero...

Alguien abrá hecho algún comentario fuera de este blog al respecto que yo alguna vez, por necesidades climáticas imperiosas y exclusivamente referidas a un momento particular de mi vida laboral, signada por mi permanencia durante 4 meses en una zona de alta montaña, tuve que aceptar el préstamo de unas calzas?
Sí, ok, eran de un color un poco subido, pero en su momento, salvo quien me las facilitó, nadie tuvo oportunidad de saberlo.
Entonces.. porqué me llegan a mi correo -al menos 5 por día- promociones de Victoria's Secrets !!????



4.8.07

Afinidad sin diploma

Hace ya algunos años que hice mis viaje de estudios. La terminación del secundario tiene ese broche, a veces de oro, otras de simple hojalata.
Mi viaje no fue a Bariloche, era tradición del colegio ir al norte. Un viaje programado ya desde los primeros años de estudios.
Tampoco era un viaje organizado por alguna agencia de turismo, todo fue a pulmón. Era nuestro viaje, y no un paquete vendido para turistas adolescentes.
De alguna manera esa particularidad nos ha hecho mantenernos en contacto con mis ex compañeros. Cuando pasan algunos años, los suficientes como para tener ganas de vernos, nos encontramos nuevamente.
Se organizan reuniones, asados, día completo en algún club de campo, o, si nos encuentra medio faltos de imaginación, simplemente invadir una pizzería durante toda una noche.
Yo particularmente no mantengo contacto con ninguno, salvo algún correo esporádico, con la noticia de fulano que tuvo un hijo, mengana que terminó su carrera y ahora atiende pacientes en un piso de barrio norte, o del otro que ahora trabaja en Corrientes, o de aquella que está en Barcelona .
En realidad, si lo pienso rápido, hijos ya han tenido todos. Incluso algunos ya transitaron el divorcio. (quien suscribe es una excepción en ambos casos).
A veces, se intenta armar nuevamente un viaje al mismo lugar donde fuimos en viaje de egresados. Difícil, pero no faltan adeptos.
Un hotel con aguas termales en el norte del país. Hubo incluso algún fanático que eligió el lugar para irse de luna de miel.
Cuando nos encontramos, sea en el tipo de reunión que fuere, siempre terminamos con similar sentimiento: pueden pasar años, vivir cada uno sin tener noticias de los demás, pero siempre, indefectiblemente, nos conocemos el alma.
No necesitamos disfrazarnos, ni intentar impresionar o enmascarar nuestra vida con felicidades falsas. Tenemos una afinidad que nos hace hablar claro. No somos extraños, no crecimos separados sino que precisamente en esa edad, la adolescencia donde cada uno conformó su identidad como persona, estábamos juntos.
Nos tenemos confianza, de esa clase que no hace falta probar.
Muchos son profesionales, varios se fueron del país, algunos viven lejísimo del barrio donde estaba –y aún está- nuestro colegio.
Pero cuando acordamos un encuentro, ponemos la misma cantidad de sillas que bancos había en nuestro salón del secundario.
Para recordar que lo que somos, es un poquito producto de aquellos días donde ninguno era prescindible. Así no hubiese la afinidad íntima para llamarlo amigo.
Pero tener presente de donde venimos, a veces nos entibia lo suficiente para continuar el camino por el que, cada uno, caminamos.

1.8.07

Página 139 (que no existe)


El 16 de junio de 1871, en la parte trasera del café de Verdun, poco antes del mediodía, el manco acertó un cuatro bandas increíble, con efecto hacia adentro. Baldabiou permaneció inclinado sobre la mesa, una mano detrás de la espalda, la otra sosteniendo el taco, incrédulo.
-No me digas.
Se levantó, guardó el taco y salió sin despedirse.
Tres días después partió. Le regaló sus dos hilanderías a Hervé Joncour.
-No quiero saber nada más de seda, Baldabiou.
-Véndelas, idiota.
Nadie fue capaz de arrancarle adónde diablos pensaba ir. Y a hacer qué, después. Mientras tanto, él sólo dijo algo sobre santa Inés que nadie entendió bien.
La mañana en que partió, Hervé Joncour lo acompañó, junto con Hélene, hasta la estación ferroviaria de Avignon. Llevaba una sola maleta, y también eso era discretamente inexplicable.


Seda, Alessandro Baricco.

Este libro no tiene pag. 139, pero es una pequeña maravilla el estilo de la narración, además de ser bellísima.