30.7.07

Otra vez sopa.

El domingo ya me levanté sintiendo que se aproximaba.
Igual fui hasta la panadería –al frío lo ignoré aunque él insistía-, quería desayunar con algo de repostería dulce.
Sospechosamente, el día anterior, me había antojado con capuccino.
Junto con el desayuno, me mandé un ibuprofeno. Hice el raconto de tener lo necesario en el botiquín.
Almorcé por San Telmo, los domingos me atraen las pastas, reminiscencia de cuando no me gustaba almorzar en familia, cuando la tenía.
Volví temprano, ya que renuncié a la idea de ir a La Rural, será durante la semana.
Me encanuté en la cama para una siesta tardía, y se estiró hasta la noche.
Me desperté y ya estaba la bandera izada.
Un caldo en sobre, eso me va a venir bien. Mentira.
Otro ibuprofeno, con aspirina. Igual será en vano.
Vino caliente u otro alcohol con más octanos? Ya no me acuerdo.
Hoy, los 38.5 se manifestaron mientras viajaba, como a 80 km de mi cama.
Listo, serán un par de días.
Recarajeando a la vida por estar otra vez, nuevamente.
Reiterada y obsecuentemente engripado.
Lo peor, el mareo que no me deja pensar claramente, tendré que poner piloto automático para el retorno.
Desenchufaré el teléfono, apago el celular, me desentiendo de la tv que me crispa como siempre.
Hasta el jueves no renazco.